Archive for the ‘LA SUEEECAAA’ Tag

Ibiza, esa tierra de…

LA SUEEECAAA nos contó el otro día que, hace unos diez años estuvo en Ibiza veraneando. Un buen día, su marido decidió que era el momento de ir a la playa. Cuando llegaron, aparcaron y LA SUEEECAAA propuso ir justo enfrente, que parecía desierto. Pero su marido dijo: «NO! Yo soy suizo (alemán), yo no puedo ir directamente a la playa! Tenemos que hacer algo antes de merecer nuestro descanso! Caminemos!»
Comenzaron a caminar y pasado un rato vieron a un par de hombres desnudos. En ese momento recordaron que en Ibiza había playas nudistas. Siguieron caminando y, en un momento dado, encontraron UNA PLAYA NUDISTA GAY!
Todos desnudos, juntitos, algunos fornicando (o casi). Y ahí tenemos a LA SUEEECAAA con su gorrita, su camiseta a flores y su bañador completamente traumatizada, y a su marido diciendo: «Pasaremos entre ellos, PERO NO LES MIRES, NO SE TE OCURRA MIRAR!»
LA SUEEECAAA dice que incluso vio a algunos de ellos con «cadenas» por el cuerpo…
Toda una experiencia para alguien tan pulcro como ella, una experiencia que nunca olvidará.

Las cremitas de hombre

Tengo un amigo en la empresa donde trabajo que es serbio, así que le llamaremos El Serbio. Este tío es un crack, lo mires por donde lo mires.
Resulta que hace ya varios meses me dieron en la estación una muestra de una crema «fluído hidratante recuperador anti-despertar difícil». Ni idea de lo que hace.
Total que hoy El Serbio ha cogido el bote y, tras lanzar la pregunta de «para qué sirve esto», empieza a hacer sus deducciones:
– Anti-despertar complicado: Esto es para el rabo
– Hidratante: O sea, que es para la piel
– Recuperador: O sea, que tornará en forma vigorosa.
Tras hacer sus cálculos, dice: «Esto es como la viagra pero en crema, me la voy a aplicar en la punta del cap**lo!»

La SUEEECAAA, traumatizada, le ha quitado el bote…

Yo creo que no se puede ser más basto 🙂

Nostalgia

En el trabajo tengo una amiga a la que llamamos LA SUEEECAAAA! Esta, sacó de su monedero una moneda y me la dió, añadiendo: «Y con esto te compras lo que quieras».
Me quedé con cara de tonto preguntándome a qué venía eso cuando, al abrir mi mano vi…»UNA MONEDA DE 100 PESETAS
La nostalgia me inundó y de repente me ví ahí, en mi casa de Zaragoza, un cabezoncico de 7 años recibiendo una moneda similar, escuchando esas palabras de boca de mi madre; y raudo-veloz iba a la tienda de la esquina para gastármelo todo en chucherías o en algun frigopie.
La nostalgia me inundó…

PD: Qué post más moñas me ha quedado.